Interesante exposición la de Juan José Gomez Molina, donde la fotografía actúa de medio de comunicación ante el espectador. La alusión a la memoria, la serie como recurso y la intención comunicativa resulta un cóctel que proporciona al espectador diferentes sensaciones.
La cámara en manos del artista embellece enormemente al modelo, creando fotografías que muestran la belleza más pura de cada modelo, parece que estos respiran a través de la fotografía.
Es curioso, cómo mediante el tema de la piel el artista nos introduce en un diálogo con la sociedad, con las experiencias de los demás, del pensamiento ajeno, y hacer revivir experiencias al espectador. Me sentía reflejada en algunas de las historias que contaban los modelos, y con las fotografías renacieron por momentos sensaciones y sentimientos olvidados. Este artista de algún modo está conectando las vidas anónimas de los personajes fotografiados con recuerdos del espectador. Veo interesante la comunicación que se establece entre personaje-obra-espectador.
El artista transforma la piel en una superficie transparente que deja ver dentro del personaje, pero no lo deja desnudo al completo sino que deja ver lo que quiere que veamos, tarea que resulta aún más compleja. La pureza tanto en las composiciones como en el trato de los elementos fotográficos embellecen las historias y el recuerdo.
